Es destacable el anuncio en el mensaje presidencial de la construcción de hospitales emblemáticos como el de San Juan de Lurigancho, Sergio Bernales (en Lima) y Lorena del Cusco; así como la continuidad y pase del personal de salud del régimen CAS COVID al CAS regular, y los nombramientos. Sin embargo, una tarea pendiente es el urgente fortalecimiento del primer nivel de atención.
La grave crisis de nuestro sistema de salud, que fue desenmascarada por la pandemia de la COVID-19, ha acrecentado las grandes necesidades del país para atender la salud de la población. En este contexto, los anuncios presidenciales representan anuncios plausibles, aunque existen muchas carencias por atender y enormes retos por asumir.
Gran parte de los establecimientos de salud a nivel nacional requieren inversión en infraestructura, equipamiento y recursos humanos, para de este modo reactivar la salud como una tarea urgente y necesaria. Además, desde el gobierno central se debe promover el desarrollo de establecimientos de salud de nivel I y II en cada capital de provincia del país.
Más del 80% de los aproximadamente 8 mil establecimientos de salud públicos del país, está conformado por centros del primer nivel de atención, que de contar con infraestructura, equipamiento y recursos humanos necesarios podrían resolver alrededor del 85% de las necesidades de salud de la población. De este modo descongestionarían los grandes hospitales para que estos atiendan las necesidades más complejas y la respuesta a la pandemia.
Es loable, tal como se señaló en el mensaje presidencial, que el 99.4% de la población objetivo (25 millones 400 mil peruanos) ya se encuentren afiliados al Seguro Integral de Salud; aunque se requiere destinar mayores recursos para brindar una atención integral y de calidad a los asegurados al SIS.
Asimismo, se requieren redoblar las estrategias de vacunación contra la COVID-19, sobre todo mediante campañas de sensibilización a nivel nacional, a fin de lograr la meta señalada por el presidente de la República; alcanzar hasta diciembre del presente año al 80% de la población mayor de 12 años con la tercera dosis y al 80% de niños de 5 a 12 años con la segunda dosis.
Referencia:
El autor es especialista en salud pública (MBA de la Universidad del Pacífico)
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