“Rebosante de grasa, pero, anémico de ideas y decencia”
II. REACTIVANDO EL AGRO, desde el Gabinete
Lamentable resulta insistir y señalar que las intervenciones públicas desde el MIDAGRI siguen siendo diseñados en la más grande orfandad del conocimiento técnico y de la realidad, más bien vuelven a repetir lo malo que se hace desde hace más de dos décadas. Algunas interrogantes para los formuladores del famoso plan Con Punche Perú Agro:
• ¿La gestión de los Recursos Hídricos3 consiste en limpiar y descolmatar canales, drenes y, reparar micro reservorios?;
• La ANA y el PSI, asumiendo funciones para las que no fueron creadas, que se esconde, ¿son los Núcleos ejecutores la carnada?;
• Los mercados itinerantes solucionan el problema de bajos precios a los pequeños productores, ¿financiando a los intermediarios?
• Indemnizar con migajas, por riesgos climáticos, a los productores de extrema pobreza, ¿es detener su descapitalización?
• Colocar más créditos subsidiando sus ineficiencias, Agrobanco, ¿es inclusión financiera4?
• ¿Se tiene en verdad una autoridad zoosanitaria5?
• ¿Existe una política forestal promotora, o cómplice de la deforestación?
• Las opiniones ambientales, en nombre de promover inversiones ¿será el festín para las consultorías?,
• ¿Por qué el MIDAGRI sigue siendo el primero en contribuir a destruir la frágil institucionalidad agraria?, etc. etc.
III. EL PROGRAMA CON PUNCHE PERU AGRO: maquillaje de la realidad
La realidad que enfrentan los productores agrarios es diametralmente opuesta a lo dicha por las autoridades del MIDAGRI, quienes para ocultar el total fracaso en su conducción recurren a la infeliz propuesta “Con Punche Perú Agro” y así malgastar 1,070 millones.
Este programa, a la luz de sus ejes de intervención, está más para maquillar realidades mediante acciones coyunturales y políticamente efectistas, antes que ir a los cambios estructurales que se necesita para construir un agro rentable, inclusivo, generador de riqueza y competitivo.
Ocultar el fracaso (mentiras y demagogia) de la urea, cuyo impacto en la menor producción y mayores costos ya los consumidores están pagando las consecuencias, especialmente las familias de las ciudades con mayores restricciones de ingreso (desempleados y los pobres);