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Victor Vásquez y Felix Vásquez / Irrigaciones y salinización (5 de 10)

La salinización de las tierras agrícolas en la costa peruana.

La pesada herencia de los grandes proyectos hidráulicos.


VI. Algún interés, o es política seguir perdiendo área agrícola

La configuración territorial y orográfica del país propicia el desigual aprovechamiento de sus territorios; en materia hídrica, la necesidad por poner en valor la franja plana costera obliga a millonarias inversiones en la construcción de grandes represas y reservorios. En las tres últimas décadas, las irrigaciones de Chavimochic y Olmos, representan la política de ampliación de frontera agrícola. A la fecha, se estima existirían alrededor de 206,553 hectáreas con aptitud para riego, que esperan su incorporación al circuito productivo agrícola. Cuadro 1.

El aprovechamiento de la superficie agrícola costera bajo condiciones de riego hoy suma 833 mil hectáreas, representando el 80 % del total de superficie disponible, esta comparación confirma la existencia de una considerable superficie agrícola potencialmente (206 553 has) apta para desarrollarla productivamente. La pregunta sería, ¿a qué costo? Cuadro 2.

Un hecho relevante es saber que, frente al problema de la salinización de los suelos agrícolas, 297 461 hectáreas, y conociéndose de los impactantes resultados negativos, en términos económicos y sociales, la solución al indicado problema sigue ausente en los planes públicos del sector agricultura; nos referimos a las 297 000 hectáreas, actualmente cultivadas, que están en diferente grado de salinización. Los últimos trabajos en materia de desalinización de los suelos datan hasta 1992, año en que fue desactivado el programa de Rehabilitación de suelos costeros o plan REHATIC.

Las regiones que presentan mayor severidad de salinización de sus suelos agrícolas es coincidente con regiones donde el cultivo del arroz y la caña de azúcar son gravitantes en su economía; en conjunto, se tiene que los niveles de afectación salina de los suelos bordean entre 32 al 56 % de sus tierras irrigadas y en producción. No culpar al arroz o a la caña de azúcar como causantes de este adverso proceso físico-químico en la agricultura, sino más bien entender que es resultado de la desatención del Estado y, en menor responsabilidad de las organizaciones de usuarios del agua quienes al no realizar el requerido mantenimiento a los sistemas de drenaje terminan no permitiendo las descargas de las aguas de filtración. Cuadro 3.

Con la información presentada en los cuadros 1 al 5 se puede colegir que, en materia de ampliación de frontera agrícola, hace casi 30 años no existe una política ni sostenidos trabajos de recuperación de los suelos salinos y de conservación que evite o reduzca, cuando menos, la pérdida de tierras agrícolas, cuyo costo de incorporación al agro han sido de millonarias inversiones. Sus implicancias en la economía agraria son negativas, por ejemplo: por el lado de la oferta agrícola, menores volúmenes de producción; económica, menores ingresos; social, menor empleo; comercial, mayor dependencia. Estos impactos terminan afectando directamente a los pequeños y medianos productores, base social de la agricultura alimentaria costeña.



Referencias:

(9) Proyecto especial que formó parte del entonces Ministerio de Agricultura

(10) la región costa, representa el 55 % de la oferta nacional de arroz blanco y el 100 % de la oferta interna de azúcar, entre otros.


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