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Alejandro Narváez / Secando la economía (2 de 2)


Las subidas de tasas del BCR sigue secando la economía

Según un reciente informe de la SBS, a marzo último, hay 460,579 empresas que no pueden pagar sus deudas del programa Reactiva Perú. El saldo de la deuda actual asciende a 37,492 millones de soles y el 90.4% de deudores son micros y pequeñas empresas (Mypes). Estos deudores exigen una segunda reprogramación de sus créditos, sin embargo, en este nuevo esquema las tasas de interés que cobrarán los bancos prestamistas serán más altas, lo cual dificultará aún más el pago de sus obligaciones. Muchas de ellas están al borde de la quiebra o ya quebraron. Recordemos que la pequeña y mediana empresa (Pyme) tiene un papel importante en la economía nacional, porque brinda empleo al 75% de la Población Económicamente Activa (PEA). Según la Cámara de Comercio de Lima, en los últimos dos años han quebrado más de 135 mil Mypes, dejando a 540 mil peruanos sin trabajo.


El BCR en su reporte de inflación de junio 2022, revela que la inversión privada total este año será 0%, el sector minero -4.9% y otros sectores 0.6%. Habría una ligera recuperación en el 2023, llegando al 2% (lejos de la cifra de 2021 cuando la inversión privada total fue de 37.4%). Tampoco la inversión pública será gran cosa. Se proyectó un reducido 2.1% (2021: 24.1%) y para el 2023 un 1.6%. Si añadimos a este panorama de nula inversión privada para este año, el encarecimiento de los préstamos y la ineficiencia de la burocracia peruana para gastar el presupuesto asignado, el drama del país es completo.


Subir tasas será peor

¿En el escenario descrito, habría alguna razón económica para subir tasas? En mi opinión, ninguna. Uno de los canales por donde trasmite el banco central su política monetaria son los créditos. Un aumento en la tasa de interés disminuye la disponibilidad de crédito en la economía para la inversión y el consumo. Encarece el costo del crédito y la cantidad demandada se reduce. La oferta de crédito también disminuye, en virtud de que una tasa de interés real elevada significa mayor riesgo de recuperación de colocaciones, por lo que los prestamistas son más selectivos con sus clientes.


El aumento del costo del dinero, en la práctica se traduce en un encarecimiento del crédito. Con tasas muy altas, a nadie le conviene endeudarse. Esta situación afecta directamente a las empresas que necesitan dinero prestado para llevar adelante sus planes de crecimiento y expansión, a los gobiernos que necesitan financiar el gasto público, y también a las familias que usan créditos de consumo. Ninguna familia compra una vivienda al contado. No hay empresa pequeña o grande, que autofinancie su supervivencia y crecimiento. Este es el mundo real, que parecen desconocer los burócratas del banco emisor.


Una manera efectiva de promover la inversión y generar empleo, es estimulando el emprendimiento, el autoempleo, y eso solo puede darse, cuando las personas y las empresas tengan acceso a créditos baratos. Es verdad, que la inflación castiga más a los pobres, sin embargo, en una economía en caída como la peruana, no se ataja subiendo el costo del dinero, obligando a las familias a consumir menos y a las empresas a invertir menos. Altas tasas de interés y más inflación producirá la temida recesión económica que ahondará el desempleo y la creciente pobreza que tenemos.


Apuntes finales

Estimular la economía productiva, la inversión y el empleo de calidad, es clave, y nada de eso se hace en el país. Estamos sin norte, caminamos por inercia y sin saber a qué puerto queremos llegar. Hay que admitir que la crisis económica que padecemos, no es fruto de la casualidad, es obra humana, sin paliativos. Es principalmente, la consecuencia de sucesivas decisiones erradas, tomadas por autoridades políticas y económicas del país, sin dejar de reconocer, que también hay factores exógenos que han incidido en ese estado de cosas, pero en muchísimo menor grado. El Perú no estuvo ni está preparado para nada. La crisis del coronavirus ha desnudado nuestra miseria humana. Hay que reconocerlo.


Por último, lo grave no es ni siquiera la inflación. Lo jodido es que la batalla contra la crisis económica está siendo “liderada” con sus decisiones, por los mismos burócratas que los han causado, que rotan de un cargo a otro, por aquellos que decían que la inflación era coyuntural y teníamos “grandes fortalezas” macroeconómicas, bla, bla, bla. Ahora estos son los que dicen que nos van a sacar del barro al que nos ha metido. Pero no dicen cómo ni cuándo. De sus decisiones dependen la economía macro, de las tuyas depende tu economía. Esta es la clave y debes entenderlo.

Publicado el 18 de junio de 2022.


Referencias:

También puede leerse en: alejandronarvaez.com

El autor es Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid y Profesor Principal de Economía Financiera en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.


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