Es uno de mis campos de interés -aunque no tanto como la economía política y el activismo político- y durante casi 30 años ya, hasta hoy, sigo perteneciendo, aunque de manera más 'delgada' a esa actividad por su importancia en las mypes, desde el Consejo de Vigilancia de Prisma Microfinanzas, que presta a grupos comunales de mujeres microempresarias a nivel selva y nacional. Una nota de la entidad quizá más importante en ese campo.
Su situación, por el 'efecto coronavirus' como lo llama el autor de la nota es 'una montaña rusa en medio de una lluvia torrencial', pues apenas levantaban un poquitísimo desde el fondo después de la primera ola, zuuuummmm, vino la segunda. "La campaña navideña resultó mejor de lo que esperábamos. Le vino muy bien al sector microfinanzas. En nuestro caso, logramos alcanzar entre el 85% y 90% de lo que conseguimos en diciembre del 2019. Considerando la caída del PBI que se estaba proyectando, tranquilamente nos podíamos haber movido entre el 60% y 70% respecto de la Navidad ‘prepandemia’": notable, ese esfuerzo de los sacrificados microempresarios, aunque los clientes son 'de punta' en el segmento.
El 90% de sus clientes -cerca de un millón- había accedido a alguna fórmula de soporte financiero, reprogramación o congelamiento, o cuotas menores estiradas en el tiempo. "Para enero de este año ya el 75% de las reprogramaciones había vencido y la mayoría está cumpliendo con sus pagos. Hay un deterioro de la cartera, claro, pero es menor a lo que esperábamos". Los créditos vencidos y castigados afectan las utilidades hacia la pérdida, pero se han hecho 'provisione voluntarias' (blandas, rebajadas, autorizadas por una 'vista gorda' cómplice en toda crisis) y hubo y habrá nuevas reprogramaciones estirando ese ojo tuerto, como nuevos aportes de capital.
Tienen un 25% de reprogramaciones por cobrar en medio de la segunda ola -los créditos de plazos más largos, clientes muy afectados por la pandemia- y van hacia que con realismo en unos dos años simplemente ya no van a pagar. Con medidas y protocolos para los trabajadores y clientes presenciales, con teletrabajo y operaciones por internet y con programa 'la métrica') de alerta para rediseñarlo todo en materia de plazos y estiramientos no quieren dejar de atender a nadie y buscar nuevos clientes en lo posible. Lograron colocar cerca de los 300 mil créditos de Reactiva desde agosto a la fecha de la entrevista "perdiendo dinero en esos créditos", dice, aunque no, pues el estado tiene una estimación grande para asumir esas pérdidas.
Sobre Reactiva: "ha permitido que buena parte de nuestros clientes haya sobrevivido a esta crisis. Les ha permitido seguir respirando. Eso nos beneficia a todos. En el largo plazo, ellos nos pagarán nuestras acreencias y seguiremos haciendo negocios. Ha sido vital." Creo que el candidato Forsái andaba más perdido que en cancha de Universitario.
No es ese el caso de los más pequeños microcréditos, desde cooperativas y entidades de microfinanzas, aunque las cajas municipales no han tenido 'bajas' como entidades, con sus clientes en una situación similar, gruesamente hablando. Los clientes de Prisma, mujeres pobres que trabajan en micronegocios, sí han sufrido muy fuertemente la pendemia, sea en torno a negocios, urbanos o a cosechas perdidas sin demanda, o que simplemente se han quedado en zonas sin salir. Esa desgracia no cuenta con el apoyo prioritario del estado y hay que recursear nexos propios y bajar los sueldos con menos tiempo de trabajo a los trabajadores y sufrir de veras el desastre de la pandemia.
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