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Armando Pillado / Quehuincha

Casi la palabra 'quechua' misma, ajena a los occidentalistas despreciativos neoliberales de la derecha frívola y achorada, es un poblado andino de 18 familias con 73 personas 'irrentables', disfuncional a la ganancia del gran capital moderno por donde se lo mire.


Para los defensores del gran capital, mentalizados a lo Trump, Vargas Llosa, Bolsonaro o Cateriano, RsMa Palacios y Ródrich, aunque no lo admitan, los andinos así no deberían existir. Para qué bonos ni hospitales masivos gratis ni nada de gasto fiscal: que el Covid 'se los lleve' en un 'approach' de inmunidad sin vacunas. La producción es primero. China y los estados grandes de Asia o los que decretaron cuarentenas y medidas severas 'son abominables estatistas populistas blabla'. Lo mismo rige para los estados 'estatistas populistas' que rescatan vía educación gratis a hijos de campesinos que llegan a PhDs sin necesidad de esperar cinco generaciones para que a lo mejor tal vez un décimo de sus descendientes deje de ser pastores de ovejas.


Quehuincha es el poblado de los padres campesinos del premier Guido Bellido, como Puña, en Tacabamba, Chota, Cajamarca, es el distrito remoto de los padres de Pedro Castillo. Y el premier, por poco que me gusten las maniobras de su jefe Vladimir Cerrón el criollo andino maniobrero, habla quechua y mastica coca porque es lo suyo y marca así muy bien el respeto a su gente, aunque admitamos que también lo hizo astuta y brillantemente por joder a la derecha en el congreso.


Fuera de toda crítica al Lápiz, una crítica comprometida con el maestro y la izquierda que éste expresa, lejos del 'abstencionismo purista' a lo Hildebrandt y los Morados votando con el fascismo; es admirable que Guido Bellido en solo una generación sea un profesional de la ingeniería electrónica gracias al esforzado sacrifico personal de sus amorosos padres, acá entrevistados. La Universidad regional universitaria es pública y no privada, 'estatismo populismo' y no neoliberalismo y es gracias también a eso, además de sus padres, que se convirtió en profesional.


En la por ellos detestada China hay millones de PhDs hijos y nietos de campesinos que no habría si el neoliberalismo gobernara. Sería todo como en la India capitalista, con 'libertades' mínimas para los pobres, que mueren de calor y hambre tirados en las calles.


Para mí y algunos en la izquierda, el Lápiz es insuficiente -mínimo, de maestros, estudiantes y algunos profesionales, más ahora oportunistas-, en una situación de precariedad política representativa alucinante. Se necesita una aproximación realista a la Sociedad de Industrias, Conveagro -los productores de mercado interno arruinados por Alicorp importadora y afines- como a los sindicatos fuertes que existan, a los profesionales todos, los LBGTI, a militares nacionalistas velasquistas, escritores, artistas, a un frente grande que pueda realmente dar la pelea por un socialismo efectivo. No arriesgar el despeñadero con pilotos errados.


Pero una cosa es querer que Cerrón y Bellido en tanto cerronista no estén al timón, y otra cosa rechazarlos o, peor, rechazar al gobierno actual sin apoyarlo y disputar desde adentro un mejor liderazgo. Y otra cosa más distinta todavía es no admirar a los padres de Castillo y Bellido, campesinos pobres que imploran por ellos sin pedir nada a cambio por sus hijos. Y ellos no se zafarán como otros -caso Toledo, el ladrón 'sano y sagrado'- en cumplirle a su pueblo, nuestro pueblo.


Formado como soy en el marxismo de Marx y no 'de Stalin', es el ser social de las clases dominantes el que determina la conciencia general de las cosas a través de sus medios y creencias, funcionales éstas a mantener o recuperar su poder. Se eleva como verdad abstracta -se mistifica, endiosa, convierte en dogma irrebatible- las construcciones mentales de esas clases dominantes como 'sentido común' (!!). No es la conciencia falsa así elaborada por fabuladores manipuladores como el Nobel la que determina el ser social sino al revés. La falsa conciencia alienada, ajena a la realidad, no dibuja como lo merecen a esos fabulosos padres campesinos ni al trabajo (incluso el bien pagado) como la única fuente de la riqueza social. Reitero una efusiva felicitación a la adorable señora Nieves Ugarte y a su esposo Ricardo Bellido, más allá de Cerrón o no Cerrón.


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