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Carlos Ginocchio / Las palabras malditas 26


36. Perra, para la RAE tiene el significado que comúnmente le conocemos: mamífero doméstico de la familia de los Cánidos, de tamaño, forma y pelaje muy diversos, según las razas. Tiene olfato muy fino y es inteligente y muy leal al hombre, pero también incluye acepciones cercanas a la palabra maldita: por las gentes de ciertas religiones para referirse a las de otras por afrenta y desprecio, persona despreciable, mal o daño que se ocasiona a alguien al engañarle en un acuerdo o pacto.


Al respecto, la web https://www.20minutos.es/gonzoo/noticia/terminos-sexistasaun-recogen-rae-3319468/0/ se explaya sobre los términos sexistas que aún incluye la palabra significando ‘prostituta’ (mujer que tiene relaciones sexuales a cambio de dinero), sin extenderlo al masculino ‘perro’ para un prostituto, y menciona otros con similar significado, tales como loca (en la jerga popular también para el homosexual), fulana, fregona. Es increíble que se denomine con el nombre del animal más leal de la creación e identificado con su dueño a quien ofrece por dinero sus servicios sexuales. La protesta tiene relativa razón pues la expresión masculina ‘perro’ (eres un perro) no se utiliza para designar a un prostituto, sino a un mal hombre, y ‘perrada’ se traduce como una ‘cochinada’ o una acción perversa o caótica. Donde se pierde el discernimiento es en ambos casos, pues el can, el mejor amigo del hombre -tanto la hembra como el macho – no son ni desgraciados ni prostitutas. Hay quienes afirman se usa el término para designar a las prostitutas por el hábito del animal cuando entra en celo para tener sexo con cualquier can que se le acerque, lo cuál denota incoherencia pues no hay dinero por medio. Un dicho añejo rezaba: ‘a la gata se le escucha, a la perra se le ve, de la mujer se sabe’.

La RAE incluye significados adicionales: hombre tenaz, firme y constante en alguna opinión o empresa. Rabieta de niño. Dinero, riqueza (tener ‘perras’. Dicho de una cosa muy mala o indigna, vida perra. En Chile, piedra pequeña del juego del león. En Honduras, un chascarrillo. En El Salvador, persona enojada o de mal genio.


La palabra se usa también para expresar aflicción, tristeza, sufrimiento, el propio o el ajeno. La web lamula.pe en un comentario sobre un político expresándose de una rival, afirma lo siguiente: “Perra vida” es una expresión que significa, digamos, “vida miserable”, “vida de sufrimientos”. No es ni directa ni indirectamente una alusión a la condición moral de la persona; en otras palabras (y para no entrar en rodeos), el término “perra” no es, aquí, sinónimo de “puta” con referencia a la persona a quien se la dirige: literalmente, en este contexto, no se trata de una expresión que busca ofender a la persona sino solamente calificar con un elevado grado de amargura a lo que llamaríamos la "experiencia existencial". Pero -vale la precisión-, al menos en el Perú, el uso que se le da a la expresión “perra vida”, casi siempre es en “buena onda”; no trae consigo una carga de odio, de insulto, de daño. Se la dice siempre en tono de broma. Y por ello es que nunca causa malestar. Y, es más, la frecuencia mayor de su uso tiene que ver con el mismo sujeto que la emplea y, así, suele decirse, por ejemplo: “Yo esto nunca lo he escuchado en mi perra vida”. En resumen, la expresión tiene el significado de ‘una manera de vivir lleno de dificultades y penurias’, y tiene su origen en los perros callejeros -la mayoría hace años – a la intemperie, y comiendo lo que encontraban. En 1918, Chaplin produjo el corto ‘Una vida de perros’, donde Charlot se encuentra sin trabajo y sus perspectivas no son nada halagüeñas cuando salva a una perra errante llamada Scraps del ataque de otros perros. Ambos se hacen inseparables y persiguen un mismo objetivo: conseguir comida. (FILMAFFINITY), por lo cual la expresión tiene más de 100 años y se usa en otros países.  


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