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Ernesto Gamarra

Ernesto Gamarra / Cobraron y no se pasaron (4 de 5)  

Los que también cobraron, pero no se pasaron 

 

En 2006, cuando se elaboraban las listas al congreso de Unidad Nacional, Luna era uno de los postulantes. Al cuestionársele dicha postulación por el proceso que todavía afrontaba por, supuestamente, recibir dinero de Montesinos, Lourdes Flores salió en su defensa con el argumento de que la testigo Pinchi Pinchi se había retractado de acusarlo. La “retractación” se produce cuando a Pinchi Pinchi le muestran una fotografía de Luna y aclara: ´No lo conozco, no sé quién es´. 

 

Lourdes Flores afirmaría que esa era una prueba objetiva… Como un resorte, el abogado de Matilde Pinchi aclaró que jamás había declarado su defendida conocer personalmente a Luna Gálvez ni haberlo visto en el SIN. Lo que ella había declarado ante la comisión del Congreso es que vio recibos de dinero con el nombre de Luna Gálvez y el documento en que se comprometía a apoyar a Perú 2000 en las votaciones del Congreso, a pesar de haber sido elegido por Solidaridad Nacional. 

 

Montesinos se había sorprendido cuando Luna había aceptado integrarse al fujimorismo o a la bancada del SIN por solo siete mil dólares. Y su sorpresa se debía a que Luna ya había incursionado en el negocio educativo y era dueño de un instituto que luego convertiría en Universidad: TELESUP. 

 

Ya para cuando visita el Servicio de Inteligencia José Luna Gálvez —que incluso había pertenecido en tiempo al Partido Aprista— contaba con miles de alumnos que obviamente le significaban cuantiosos ingresos, aun cuando los servicios educativos que brindaba no eran acordes con las expectativas de los alumnos. 

 

Hoy, Luna vive, quizá por primera vez, la posibilidad de ser castigado por los delitos de los que se le acusa en complicidad con Luis Castañeda Lossio Fue fundador y financista del partido Solidaridad Nacional que llevó a este a la Municipalidad de Lima. Luna es acusado no solo de haber sido intermediario en la entrega de dinero de la empresa Odebrecht a Castañeda, sino de haber urdido la elección del jefe de la ONPE, a través del soborno a los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura. Luna sigue de congresista ahora por Podemos Perú pese a que estuviera con mandato de detención domiciliaria de 36 meses dedicado a luchar por el funcionamiento de su Telesup a quien la SUNEDU no consideró Universidad. 

 

WALDO RÍOS SALCEDO, un pintoresco congresista elegido por el Frente Independiente Moralizador (FIM), fue el siguiente de la lista. Según Montesinos, le costó más trabajo que con los demás convencerlo para que renunciara a su partido, a pesar de que ya lo había convencido para que votara con ellos. Recién logró que renunciara al FIM el 26 de julio, día en que se instalaba el nuevo parlamento, de manera que no debería ser incluido en la categoría de “agente encubierto” de los que habla Montesinos. 

 

Su renuncia fue espectacular. En el FIM habíamos sido elegidos 9 congresistas; entre ellos Fernando Olivera, Patricia Donayre y la ex esposa de Alberto Fujimori, Susana Higuchi. El partido había sido de clara oposición en los dos gobiernos anteriores de Fujimori y lo seguiría siendo en el período que empezaba ese día. Iniciada la sesión del Congreso de ese 26 de julio de 2000, Waldo Ríos levantó la mano y pidió hacer uso de la palabra. De acuerdo al reglamento, no correspondía una intervención en ese momento de la sesión y, sin embargo, la presidenta del Congreso, que en ese momento era Martha Hildebrandt (fujimorista), autorizó el pedido. Ante el desconcierto de la mayoría de los congresistas y la protesta de algunos, Waldo Ríos comenzó a hablar. El motivo de su intervención ya se sabe: renunciaba a su partido, por el que había sido elegido, y se pasaba a las filas del partido de Fujimori. 

 

Montesinos, ante la comisión del Congreso, explicó lo ocurrido: …un día él pide la palabra, una mañana, y en sorpresa formula renuncia a la agrupación y se sale del sillón que ocupaba con la bancada del FIM y se pasa a la bancada de los independientes. Esa fue una operación dirigida por quien habla, sin que esto me enorgullezca, sino estoy hablando las cosas en aras de la verdad, pero coordinada con la señora Martha Hildebrandt y la señora Luz Salgado, a quien el día anterior les informé de ese detalle para cuando el señor se parara y pidiera al inicio de la sesión a las 8 de la mañana el uso de la palabra, que, de acuerdo al Reglamento, era por 5 minutos. Él me pidió que quería hablar 10 minutos y que no hubiera la posibilidad de la réplica de ninguno de la agrupación. 

 

En su versión judicial del 13 de julio de 2001 también dijo lo siguiente: Esta renuncia fue planificada y acordada entre el declarante con el citado congresista y trasmitida a las señoras congresistas Luz Salgado y Martha Hildebrandt, vicepresidenta y presidenta del Congreso, respectivamente. [Desde el día anterior, sigue diciendo], las mencionadas congresistas fueron informadas de esa renuncia a efectos de que le concedieran el uso de la palabra por un tiempo mayor a los cinco minutos al citado congresista. 

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