Si bien la Presidenta del Consejo de Ministros, nombrada por Francisco Sagasti, Violeta Bermúdez, aseguró en el Congreso de la República que las Elecciones Generales ya convocadas para el 11 de abril de 2021 se llevarán a cabo de manera neutral, no faltó la advertencia de un vocero de la Bancada Morada que afirmó: “Sin estabilidad política, peligran las elecciones”.
La “inestabilidad política” no es de ahora, se inició cuando renunció el electo presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y surgieron todas las negociaciones perversas, entre los líderes del Congreso y el entorno de su vicepresidente, entonces embajador en Canadá, para reemplazarlo; como que así fue. La luna de miel duró poco y las buenas relaciones acabaron con el cierre del Parlamento, bendecido por el Tribunal Constitucional.
Luego vinieron las elecciones para un nuevo Congreso, habiéndose también recurrido a un proceso de Referéndum ya, toda una movida de apariencia democrática con los dineros del Presupuesto Nacional, es decir, de los impuestos de todos los peruanos, para llegar al mismo punto de inicio. El Congreso que parió Vizcarra, lo vacó en el segundo intento y surgió así la figura de Manuel Merino como nuevo Presidente de la República, por poseer en ese momento el cargo de presidente del Congreso de la República, electo por sus pares.
Fue entonces que se agravó aquello que el vocero del Partido Morado describe bien como “inestabilidad política”, las calles se llenaron de protestantes jóvenes e infiltrados violentos, contra la Presidencia de Merino, hasta que lograron que renuncie. ¿Resultado? Renuncia de la Mesa Directiva, para cortar así la sucesión legal del Presidencia de la República. Nueva Mesa Directiva, manejada por la minoría y elección de posibles sucesores a la Presidencia, ya no por lógica sucesión, sino como dirían en el argot parlamentario, al caballazo.
Así surgió primero el nombre de Rocío Silva Santisteban y luego el de Francisco Sagasti que, con el apoyo de un Congreso asustado y acorralado, por esa “inestabilidad política”, de la que habla el vocero del Partido Morado, y que había dado como resultado: heridos por parte de los manifestantes y de los miembros de la Policía Nacional, así como dos muertos, cuya autoría todavía se investiga.
Sagasti arrancó los aplausos de los palcos, más que las de las galerías, por su porte de caballero quijotesco ilustrado y capaz de recitar a Vallejo en un mensaje político. Como primer acto de Gobierno, procedió a decapitar a la Policía Nacional quitándole 18 generales de buenas a primeras, pero en las calles “Ay, seguían muriendo”, porque las protestas agrarias ya causaron una persona fallecida y numerosos heridos.
Esta historia reciente es necesario tenerla fresca en la memoria, porque hay intereses creados que intentan mostrarnos un panorama distinto, cuando en realidad la madre del cordero siempre fue la citada “inestabilidad política” provocada y justificada por miembros del Partido Morado, cuyo color se acerca al Rojo, quienes siempre fungieron como soporte del ex presidente Vizcarra, y ahora han logrado que uno de sus más conspicuos miembros -acompañante de la plancha presidencial de Julio Guzmán, en la candidatura a la Presidencia de la República- asuma el cargo de nuevo inquilino de Palacio de Gobierno.
¿Qué quiso decir el vocero del Partido Morado en el Congreso con aquello de que “Sin estabilidad política, peligran las elecciones”? ¿No será que en realidad es una velada advertencia de lo que pasaría si no ganan los Morados? Debían aprender más en este punto del anterior gobierno de transición y no participar en las elecciones.
Comments