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Fernando Cillóniz / Desaprovechando otro súper ciclo económico


Este gobierno celebra como un gran logro suyo los US$ 60 mil millones de exportaciones del año pasado y los S/. 150 mil millones de recaudación de impuestos de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT) en el 2021. Efectivamente, nunca habíamos exportado ni recaudado tanto. Incluso, jamás habíamos generado un superávit comercial anual tan elevado como US$ 14 mil millones, ni acumulado reservas internacionales tan cuantiosas como los casi US$ 80 mil millones que están en las cuentas del Banco Central de Reserva (BCR). O sea, récords históricos macroeconómicos extraordinarios.


Sin embargo, típico de políticos: celebrar como suyos, logros de otros gestores. Incluso, atribuirse méritos por el alza extraordinaria de los precios de nuestros principales productos de exportación. Pero – eso sí – ni una sola mención acerca de cuánto más pudimos haber exportado y recaudado, de haber propiciado más inversiones legales. ¿Cuántos nuevos empleos formales y dignos se pudieron haber generado? ¿Cuánto más pudo haber crecido la producción de bienes y servicios en todo el país? ¿A cuánto se pudo haber reducido la pobreza o la anemia? De eso… ¡no se oye padre!


Nuestros gobernantes son tan ignorantes que no tienen idea de la extraordinaria oportunidad de progreso y bienestar que nos está brindando el súper ciclo actual de precios de materias primas, el cual – dicho sea de paso – podría terminar en cualquier momento. Por otro lado, son tan retrógrados y acomplejados que demonizan la expresión “materias primas”, como si producir cobre, oro, harina de pescado, café, uvas o arándanos fuese intrínsecamente malo.


Para el presidente Castillo, es normal que el cobre haya estado sobre los US$ 4 / libra, durante los meses recientes. ¡Si supieran que nuestras empresas cupríferas operaron durante muchos años en el pasado, con precios inferiores a US 1 / libra! Y lo mismo ocurre con otros productos peruanos de exportación, cuyos precios están en niveles extraordinariamente altos: oro, plata, zinc, harina de pescado, café, algodón, azúcar, entre otros.


Sin embargo, el gobierno se queja del aumento de precios del petróleo, la urea y el trigo, entre otros. Es decir, los productos que importamos. Efectivamente, a nadie le gusta pagar caro por los productos que compramos en el exterior. Pero ¿acaso nuestro país – en el balance – no gana con el súper ciclo de los “commodities”? ¡Claro que sí… y con creces! Es mucho más el beneficio que obtenemos por el aumento de precios de nuestros productos de exportación, que el perjuicio que sufrimos por el aumento de precios de los productos que importamos del exterior.


A lo que quiero llegar, es que hemos desperdiciado – y seguimos desperdiciando – una extraordinaria oportunidad de crecimiento económico y progreso social para nuestro país. Yo no criticaría la inflación, porque claramente viene de fuera. Más sí, que en una coyuntura como la actual – con precios altos de materias primas – pudimos haber propiciado un gran flujo de inversiones empresariales, el cual, a su vez, habría propiciado una gran demanda de empleo para millones de peruanos sin trabajo, todo lo cual se habría traducido en mucho progreso y bienestar para todos. Sobre todo, para los más pobres.


Pero no. En vez de progresar y mejorar en servicios básicos como agua, salud, educación y seguridad, están creciendo el desempleo y la pobreza. Y con la pobreza, están creciendo la delincuencia y la corrupción. ¡Un fracaso gubernamental estrepitoso!


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