Rafael López Aliaga dio la voz de orden el sábado reciente, era la definitiva marcha para derrocar la fórmula que sacó más de 8,500,000 votos y unos tres mil asistentes no justificaban la millonaria inversión. Lo mismo Willax, es un canalito, que ven los creyentes, solo para fanáticos, con una fe sectaria y cerrada, que estrecha su audiencia a unos 20,000 televidentes. La derecha tiene plata, pero no tiene masas.
En la izquierda se pierden masas, y Congresistas. aceleradamente. Para resolver el problema algunos creen que pueden hacer una revolución exprés, son pocos, pero bulleros. Una propuesta así choca con una realidad maciza como un granito: el gobierno y sus aliados no tienen mayoría en el Legislativo. Y no es serio querer jugar fuera de la democracia a tomar el poder, cuando juras cada mañana que eres enemigo del fraude y te paga tu sueldo la democracia liberal.
En esos días, izquierdistas sin cartera ministerial, patean un gol fuera del mundialito de La Victoria: proponen estatizar Las Bambas y hacer lo propio con el comercio de minerales, chocando para ello con la segunda potencia mundial, China, cuyas empresas son dueñas del proyecto. Propuesto en el peor momento de impopularidad del gobierno y de altos precios de los minerales, es un harakiri con abrelatas.
Además, ignora los efectos globales en la minería mundial, en las finanzas públicas, sin contar que es un tremendo error teórico y político. En lo teórico porque no introduce el menor análisis económico de su factibilidad, impropio de todo buen marxista como dicen ser ellos, y, en lo político, porque no genera otra cosa que rechazo en la clase obrera del proyecto minero, que exige que el gobierno y sus representantes al congreso impidan el cierre de su centro de labores. Es un tigre de papel como diría Mao Tse Tung.
Tarde o temprano, la extrema y destructiva polarización del Perú, como proponer estatizar la minería sin parámetros mínimos de racionalidad o volver a un rito tartamudo de vacancia sin búsqueda de una solución política, llevará a mucho más que el cambio de un Presidente. Las rebeliones ciudadanas de Chile y Colombia se quedarían pequeñas ante la reacción popular que puede incubar un golpe blanco legislativo, como el que han venido preparando por canales separados sectores de la derecha.
Keiko acaba de ratificar una estrategia de FP para seguir luchando por la vacancia. López Aliaga cree que será Alcalde de Lima con votación vacadora. Este reimpulso vacador, es un proceso para infundir miedo en la población que no le da votos a los Lazaros resucitados de la vacancia ¿Por que los enemigos del gobierno no polarizan sobre algo mas útil para la gente, como la reforma de la seguridad social o la inclusión masiva de los informales en la economía peruana? Es que la ruta es al miedo, no es la ruta al cambio. Importan los intereses judiciales de Keiko y los económicos de López Aliaga con su capitalismo ferroviario.
Sin embargo, demasiados peruanos sienten que es hora de una “nueva anormalidad”, esto es una economía que sirva más al país y su gente, con una nueva estructura de estado y un mercado más democrático, diseñado para darle más bienestar a todos. El chorreo económico no funciona. Y el bloqueo político que conjuga “yo te vaco, tú me vacas, nosotros te vacamos”, cansa a la gente y aumenta el riesgo de un desenlace violento. ¡Dios no lo quiera!!
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